ESCASES Y SIEMBRA DE AGUA BAJO EL HUASCARAN
ESCASES Y SIEMBRA DE AGUA BAJO EL HUASCARAN
Ing. Rómulo Antúnez
Gestión de Recursos Hidricos - PUCP
Vivir bajo el Huascarán es un lujo, tanto para los
comuneros y más para los foráneos; el sólo levantar la mirada y sentir el
peligro, la protección del Apu, pensar en el deslizamiento del nevado que sepultó
Yungay en el sismo del setenta, la belleza indescriptible y sobre todo la
esperanza de que el nevado es sinónimo de agua congelada en abundancia y todo
ello aparenta que la vida bajo el Huascarán es relativamente fácil.
Ratifico
que vivir bajo el Huascarán es un lujo, pero el agua ha empezado escasear ya un
buen tiempo y la preocupación siempre lejana, ahora es creciente de todos los
pobladores de la “cordillera blanca” ya que la falta de agua fue sólo para los
pobladores del otro cerro del frente llamado “cordillera negra” quienes por su
parte están acostumbrados a vivir bajo la escasa cantidad de agua en
comparación de pobladores de la “cordillera blanca” que sienten que el impacto
de la reducción de agua disponible afecta la vida de la población con mayor
énfasis de la cordillera blanca.
La población rural y urbana de la zona de la cordillera blanca, nunca antes estuvo preocupada como ahora; las comunidades campesinas más afectadas han iniciado explorar alternativas de solución para retener agua de lluvia, recuperar ecosistemas naturales, mantener algunos ecosistemas aún no intervenidas, proteger el Parque Nacional Huascarán que a pesar de ser “protegida”, también ha sido degradado. Entonces ¿qué queda por hacer?: 1) aprender a vivir en escases de agua creciente, 2) usar mejor el agua disponible, 3) recuperar los ecosistemas degradados aplicando tecnología ancestral del antiguo Perú –siembra y cosecha de agua- o 4). prácticas de manejo de ecosistemas hídricos, 5) tecnificar el uso del agua para riego; es decir una política de Estado integral de tratamiento de ecosistemas que permita retener el agua de lluvia y mejorar el manejo del agua de la desglaciación.
Y ¿qué tenemos como política pública para retener el
agua de lluvia?; a nivel de gobiernos locales no tenemos acciones y políticas,
todas sus decisiones y orientación de los recursos públicos están dirigidas a
garantizar el consumo (infraestructura de riego, sistemas de saneamiento); a
nivel de Gobierno Regional tampoco tenemos acciones dirigidas a garantizar la disponibilidad
hídrica y en el nivel de sectores del gobierno nacional se vienen implementando
intervenciones puntuales y complementarias desde el sector agrario, a través
del “Fondo Sierra Azul” construyendo qochas en calidad de inversiones de
optimización de infraestructuras de riego –Chavimochic-, lo cual no garantiza
una intervención integral, territorial y descentralizada como requieren los ecosistemas
como el de la zona del Huascarán, para recuperar, manejar sosteniblemente o
conservarlos.
El Sector Ambiente y Vivienda, están promoviendo los Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos, donde es necesario organizar y formalizar la “alianza voluntaria” entre los “contribuyentes” que tendrían que ser las comunidades y los pobladores que viven en los territorios o ecosistemas hídricos donde cae la lluvia y los “retribuyentes” podrían se los usuarios consumidores agrarios, de vivienda, industriales y hidroenergéticos, entre otros; que aún no se consolida a pesar que la Ley se ha aprobado en el año 2016 y muchos prestadores de servicios de saneamiento ya han recaudado fondos por este concepto de “servicios ecosistémicos” y que se requiere diseñar e implementar procedimientos para intervenciones integrales que los procedimientos considerados en el sistema público de inversión INVIERTE.PE son inapropiados debido a su intervención fragmentada, alcance limitado en cuanto al tiempo ya que los ecosistemas complejos requieren políticas públicas con horizonte de intervención de mediano y largo plazo, trabajo integrado, multiactor, articulado, intersectorial, territorial y descentralizado.
Huaraz,
Agosto de 2020
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